.: HISTORIA DE LA PARROQUIA

EL RETABLO DEL ALTAR MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO DE FRAGA

Al reconquistar Fraga a los moros el Conde de Barcelona, don Ramón Berenguer IV, lo primero en que se ocupó fue en demoler la pagana mezquita árabe y ordenar la construcción en ese mismo lugar de una nueva Iglesia, a la que puso el nombre de Iglesia de San Pedro, en honor del príncipe de los Apóstoles y de su esposa doña Petronila, reina de Aragón. Se encargó las obras al arquitecto don Agustín Sanz, a finales del siglo XII. Como gran obra que era, tardó en construirse, finalizándose a inicios del siglo XVI, (la bóveda data del siglo XV). Eso se nota en la variedad de estilos existentes tanto en la iglesia: desde una base románica a unas capillas y bóveda ya góticas, como en la alta torre-campanario, con ventanales del románico y góticos, culminando la torre con ladrillo y obra mudéjar.

En el interior, en el ábside poligonal se encuentra el Altar mayor, bajo la media estrella en forma de concha que forman los arcos puntiagudos de la bóveda. A lo largo del tiempo se conocen tres retablos para el Altar mayor. El primero, gran obra de arte por su hermosura, se construyó en 1610, y se atribuye a don Agustín Sanz. Era de estilo Renacentista del Plateresco español, notándose algo ya de influencia barroca, aunque poco. Verdadera obra artística, toda tallada en madera, poseía unos relieves e imágenes magníficamente logrados, representando diversas escenas de la vida de San Pedro junto al Maestro, y después como Primado de la Iglesia. Estaba recargado de estatuillas, esculturas, relieves y diversas clases de adornos, como columnas corintias. En el centro, resaltando sobre el resto, estaba la imagen de San Pedro, sentado en el trono, con la mitra como corona y las llaves como cetro, significando su postura sobre la Iglesia. Todo el retablo estaba dorado con una capa de oro puro que aún lo embellecía más y lo hacía más valioso. Duró hasta 1936, lo cual alcanzó a que haya un reportaje de fotos del interior de la iglesia, entre ellas una fotografía de dicho altar mayor que da testimonio de su belleza y categoría.

Al paso de los tiempos se unió la barbarie de la guerra civil de España, quedando el templo en mal estado, habiéndose destruido o quemado parte de él, haciéndose muy necesaria una restauración. El retablo, púlpito y altares menores se quemaron todos, por lo que al finalizar la guerra se procedió a arreglar las capillas y hacer un nuevo retablo para el altar mayor, de yeso y ladrillos y sencillamente pintado, careciendo de todo valor y arte. En las obras de reconstrucción, desde 1951 a 1955, se repararon muros, bóveda, campanario, altares, capilla del Pilar,... con gran acierto, dejando la Iglesia bien conservada, si bien perdió algo de su aire de antigüedad al remozarse las piedras. Se construyó un nuevo retablo para el altar mayor, también de madera, imitando el primer retablo en su estructura y grabados, y aunque es más sencillo y de menos valor artístico, al sustituir los relieves e imágenes por pinturas, y rebajar un piso, sigue siendo un retablo precioso que sigue siendo muy admirado por todos.

El retablo actual consta de 3 niveles o pisos. En nivel inferior está dominado por el altar y el sagrario, y dos puertas de acceso a su parte trasera. En el nivel segundo, en el centro del retablo, hay una imagen majestuosa de San Pedro, de pie, con las llaves de la Iglesia en la mano. Dos hornacinas a sus lados tienen pintadas las imágenes de San José y con San Antonio de Padua, santos a los que Fraga ha tenido mucha devoción (Fraga ha estado repleta de los nombres José y Antonio). En los laterales, dos grandes cuadros muestras escenas pintadas de San Pedro, imitando los relieves originales: una cuando Jesús le entrega las llaves simbólicas del control de la Iglesia y otras cuando San Pedro es crucificado cabeza abajo. En el nivel tercero, en el centro, hay una representación de la crucifixión, con imágenes de Jesús crucificado, de María y San Juan. A cada lado hay una hornacina con los imágenes pintadas de Santa Ana y de Santa Bárbara, que ambas fueron patronas de la ciudad tiempo atrás. Coronando el retablo hay una imagen de una paloma que representa al Espíritu Santo. Todo el retablo está pintado en dorado con adornos y dibujos grecados en rojo, granates y algo en verde.