NOS HA VISITADO UN PROFETA
Ha pasado por Fraga un artista-cantante, Rubén de Lis.
Y entre sus canciones nos ha hablado de Dios, de hacerle caso, de convertirnos.
¿Cómo eran los profetas en el Antiguo Testamento?: personas sencillas a las que Dios hablaba y les encargaba una misión: transmitir al pueblo, a su pueblo de Israel, sus mensajes para que le hicieran más caso, que no cayeran en idolatrías y banalidades, para marcarles el camino correcto en el amor a Dios.
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¿cómo puede Dios hablar con los jóvenes de hoy, del siglo XXI?:
¿Dónde?, si están alejados de la Iglesia y sus celebraciones.
¿Cuándo?, si siempre están tan faltos de tiempo con sus diversiones, su móvil, sus ocupaciones mundanas, sus estudios,....
¿De qué manera?, si solo les interesa la tecnología, la moda, los deportes,... Dicen que no tienen tiempo ni espacio para Dios.
Pues al
igual que hace 3.000 años, Dios envía un profeta a los jóvenes, Rubén de Lis. Nos
lo envía a todos: ha procurado crearle
de forma que sintonice con los jóvenes: joven, inteligente, sencillo, que canta
muy bien las canciones que crea, acordes con la música de su tiempo, toca la
guitarra eléctrica y otros instrumentos, y da conciertos, especialmente para
jóvenes, pero que gustan a todos. Y en
sus conciertos y sus visitas por los pueblos, al igual que los profetas de
entonces, va entregándonos el mensaje de Dios:
que hemos de hacer caso al mensaje que nos trajo Jesucristo, los
evangelios, ser cristianos 24 horas al día, 365 días al año, no a plazos o con
una misa semanal. Qué, como nos marca el
evangelio, se nos tiene que notar en nuestro vivir que somos cristianos, seguidores-imitadores
de Jesús. Somos la sal y la luz del mundo por encargo de Jesucristo, quien nos
mando evangelizar a los demás.
¿Dónde?, si están alejados de la Iglesia y sus celebraciones.
¿Cuándo?, si siempre están tan faltos de tiempo con sus diversiones, su móvil, sus ocupaciones mundanas, sus estudios,....
¿De qué manera?, si solo les interesa la tecnología, la moda, los deportes,... Dicen que no tienen tiempo ni espacio para Dios.
Así pues ¿qué tenemos que hacer ahora?: pues hacer oído y caso del profeta Rubén de Lis, como nos recomiendan las escrituras (Lc 16, 19ss) en la parábola del rico Epulón.
Hay que convertirse, y empezar a practicar el ser cristiano vivo, activo, transmisor, iluminador... permanente.